Guest User
November 9, 2023
Lo primero que hay que saber es que no hay recepción. Todo funciona con códigos. Primero tienes uno para la entrada al edificio, pero da igual porque cuando estuve la puerta estaba rota. Es decir, cualquiera de la calles podía entrar (por lo menos el tiempo que yo estuve). Luego, después del check in en una maquina: recibes otro código para la habitación. A muchos les cuesta luego emplearlo. El ascensor no funcionaba, y como no hay recepción, toca subir las escaleras. Hay un teléfono de un “hotel de apoyo”, pero no contestan. En lo que se refiere a la habitación: es pequeña y sucia. No por la limpieza diaria, sino por los años acumulados. La moqueta está llena de manchas, golpes en las paredes, desperfectos… lo cierto es que da bastante asco. Por otro lado, no hay desayuno y todo (Incluido la televisión) está en alemán y solo alemán. Por último, no hay aire acondicionado ni calefacción, salvo en el baño. Bueno, hay un pequeño calefactor y ventilador en el armario pero estaban cubiertos de mugre. Lo único bueno es la ubicación: en pleno centro histórico y cerca de un metro. Pero no compensa.
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