Hotel Rural Curia

Un hotel familiar fantástico. Agustín es encantador, te sientes bien recibido y agusto desde el primer momento. Es un sitio cómodo para pasar unos días en un lugar tranquilo. Todo está extraordinariamente limpio, las habitaciones son amplias, y las camas muy cómodas. Sirven cenas sencillas; bocadillos, tostadas, raciones, ensaladas..., todo está buenísimo. El desayuno es un buffet muy completo. Muy recomendable para pasear por la zona, descansar y desconectar unos días y visitar Dinopolis. Repetiremos seguro.

Instalaciones hotel: Excelentes Limpieza instalaciones: Perfecta Atención y hospitalidad: De Lujo Ubicación: Sierra Gudar-Javalambre y muy cercano Teruel ciudad Hotel rural Curia ocupa el magnífico edificio antiguo del Ayuntamiento de El Castellar, especialmente rehabilitado para la nueva actividad (2018) con un diseño exquisito muy apropiado a su entorno. Habitaciones y baño enormes con todos los detalles necesarios y comodidades para una estancia inmejorable. Pero aún mejor del todo es la atención y hospitalidad de la familia que regenta el hotel, especialmente de María Jesús y su hijo Agustín que se desviven con sus clientes para que nuestra estancia sea una de las mejores experiencias y podamos sentirnos como en nuestra propia casa. Todo un lujo!!!. Muchísimas gracias familia!!!, volveremos a vernos ;)

Estuvimos apenas un par de noches para poder visitar Dinopolis y hacer algo de turismo. La verdad es que a medida que uno conduce hacia El Castellar se da cuenta de que el concepto Rural está llevado a su máxima expresión y lo que se viene es un sitio tranquilo, con posibilidades de descanso. El Hotel Rural Curia está regentado por Agustín, su madre y su hermano; negocio familiar que tratan con mimo y detalle. Más allá de todo ello, creo que es importantísimo dar un primer punto: limpieza. No exagero, habiendo visitado gran cantidad de hoteles, si digo que es un Top-5 en cuanto a limpieza de los hoteles que he visitado. Espectacular. En cuanto a la habitación, cogimos una de 2 adultos y 1 niño en la que descansamos muy bien, buen colchón y unas maravillosas vistas al parque del Allosaurus (Lagarto Ibérico) y la iglesia. La entrada al hotel está al otro lado del edificio, en plena plaza central. El Castellar no ofrece grandes posibilidades gastronómicas, por lo que se agradece que den cenas a los huéspedes. Así, con platos muy básicos (raciones, tostada frías o calientes, platos, etc.), cubren la necesidad de manera más que solvente. Mención especial al Cachopo, muy sabroso. El desayuno es completo, con tostadas de varios tipos de pan, fruta, algo de bollería y cereales, aparte del necesario café de cafetera de hostelería (siempre un punto a favor). Importante: tanto para desayuno como cenas, el horario es de 8:30 a 10:00. Apenas recién llegados a casa, solo queda agradecer el trato recibido y la paciencia con nuestro hijo. Este hotel ratifica que no hace falta mirar hoteles en la capital para ir a ver Dinopolis, merece la pena desviarse un poco y disfrutar de la tranquilidad. Y no olviden hacer el Dinopaseo por El Castellar.

Iba a poner "como en casa", pero no, mejor que en casa. Además de estar a tus anchas estas muy bien atendido por Agustín y su madre que te hacen sentir como si estuvieras en tu propia casa. Sencillo y muy limpio, no se puede pedir más de un hotel rural. A medio camino entre casa rural y hotel, tiene las ventajas de ambos. La tranquilidad de una casa rural y los servicios de un hotel. Incluso, a pesar de no tener cocina, preparan un pequeño refrigerio para la cena, dado la imposibilidad de cenar en otro lugar de la población.

Dicen que como en casa en ningún sitio, pero la amabilidad y a la vez eficacia en la administración y gestión del hotel, tanto de Mª Jesús, como de Agustín, hace que tu estancia sea lo más cercana posible a esa sensación. Es muy difícil hacerlo mejor y siempre con una sonrisa cargada de positivismo, que es lo que en estos complicados momentos, más nos hace falta y cada vez, por desgracia, más nos cuesta encontrar. Gracias, Mª Jesús. Gracias, Agustín. Cuando volvamos por estas tierras, que a buen seguro volveremos, esperamos tener la suerte de que tengáis disponibilidad para nosotros en vuestro maravilloso y acogedor establecimiento y gozar, una vez más, de vuestra hospitalidad y compañía. Emilio y resto de familia

Hotelito con mucho encanto,habitacion grande y muy limpia,los desayunos y las cenas muy ricas,la familia que lo lleva te hace sentir como en casa desde el minuto 1...muy satisfechos de haber cogido ese hotel para alojarnos.Gracias Agustín por todos los ratos que nos has dedicado.

Hotel encantador en el centro de un pueblo ideal para ir en familia y pasear con total tranquilidad. Se puede aparcar en la misma puerta. Muy agradable y acogedor. Habitaciones amplias y camas muy cómodas. Todo impecable. El desayuno completo, hay de todo. La cena tipo tapas muy rico todo!! Muchas cosas para ver tema dinosaurios. Pero lo mejor la atención de Agustín, pendiente que no falte de nada y todo esté bien. Sin duda repetiremos.